Valentino y la intimidad como espectáculo: moda en el teatro del deseo

Diseñadores

Valentino y la intimidad como espectáculo: moda en el teatro del deseo

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Valentino y la intimidad como espectáculo: moda en el teatro del deseo

Entre voyeurismo y poder: Alessandro Michele y su oda a la transgresión.

La moda es una puesta en escena, y en su más reciente colección para Valentino, Alessandro Michele decidió desmontar el mito de la intimidad. Su pasarela de otoño-invierno 2025-2026 convirtió un baño público en un escenario donde la frontera entre lo privado y lo exhibicionista se difuminó. En un espacio teñido de Rosso Valentino, el diseñador exploró la indecencia como arte, subvirtiendo las normas del pudor con prendas que juegan entre el desnudo imposible y la opulencia contenida.

Los modelos emergieron de cubículos en piezas que desafiaban la noción de vestimenta tradicional: bodies de encaje abiertos, corsés estructurados sobre jeans oversize y vestidos columna de terciopelo negro con pronunciados escotes delanteros y traseros. Chiffon etéreo, lazos desmesurados y capas de encaje vintage contrastaron con referencias a la estética del power dressing de los años 80, donde chaquetas de hombros marcados y falda lápiz se redescubren bajo la mirada maximalista de Michele.

La ambigüedad dominó el desfile: transparencias provocadoras, corsetería desestructurada y pantalones con estribo que parecían evocar el vestuario de una diva que se viste o se desviste bajo la mirada de un público imaginario. En un juego de opuestos, Michele rescató la sofisticación de la alta sociedad con referencias a figuras como Nan Kempner o Jacqueline de Ribes, evocando el lujo de antaño con volantes dorados en lamé rígido y vestidos de gala en chartreuse y lila con colas de encaje.

Los accesorios en la colección fueron mucho más que complementos: actuaron como códigos de poder y seducción dentro del universo transgresor de Michele. Maxi gafas de sol con aire retro-futurista, guantes de encaje hasta el codo y collares de perlas reinventados aportaron un aire de sofisticación anárquica.

En contraste, los modelos desfilaron con bolsos estructurados en tonos intensos, incluyendo la nueva línea de clutchs minimalistas con un sutil guiño al monograma de la maison. Medias de colores vibrantes, botas de charol y tocados dramáticos completaron el estilismo, reafirmando la idea de que, en el universo de Valentino, los accesorios no solo adornan, sino que construyen personajes en esta teatralización de la intimidad.

Más allá de la indumentaria, la colección fue una reflexión sobre la identidad y la autoimagen en la era digital. En un mundo donde los espejos se han convertido en los nuevos escenarios de la autoafirmación, la intimidad es un concepto cada vez más difuso. ¿Qué queda de lo privado cuando todo se expone? Michele juega con esta incertidumbre, creando una moda que no solo viste, sino que desnuda con intención teatral.

Valentino ha sido históricamente un emblema del refinamiento, pero en las manos de Michele, el lujo adquiere un matiz irreverente y enigmático. Porque en el teatro de la moda, la verdadera provocación no es lo que se muestra, sino lo que se sugiere.

Atrévete a redefinir la elegancia. ¿Eres espectador o protagonista en el teatro de la moda?